
La investigación médica unida a la economía
Cuando hablamos de investigaciones relacionadas con la medicina, no somos conscientes de la gran repercusión que tiene sobre nosotros, ya que sin ellas no tendríamos medicamentos o incluso no conoceríamos muchas enfermedades, por eso, todos tendríamos que ser conscientes de cuánto nos cuesta investigar.
La sanidad es uno de los sectores que tiene mayor importancia en la gestión pública, debido principalmente a su impacto directo sobre la salud y el bienestar de los individuos. De hecho, la asistencia sanitaria representa una de las partidas de gasto público más importantes en los presupuestos de cualquier Administración pública.
Los líderes de la investigación
Una decena de facultativos de los grandes hospitales ejemplifican el poder de la investigación biomédica en Cataluña.
La investigación biomédica mueve más de 216 millones de euros en Cataluña. Según el último informe de la Central de Resultados, de 2013, por cada euro que se invierte en los centros de investigación, éstos consiguen captar otros tres. Los hallazgos de los investigadores catalanes suenan con fuerza entre la comunidad científica internacional y han hecho un hueco a los facultativos, formados aquí en centros de investigación y hospitales de medio mundo. La crisis económica y la escasa inversión pública, dificulta la retención de los grandes talentos. Algunos, como Joan Massagué o Josep Baselga, han cruzado el charco y son director científico y director médico, respectivamente, del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, uno de los centros de investigación oncológicos más importantes a nivel internacional.
Otros, en cambio, siguen Cataluña sumando ensayos clínicos y publicaciones científicas. En 2015, la comunidad tenía activos 2.740 ensayos clínicos en los que participaban unas 13.500 personas.


El impacto de la investigación científica en la economía

Cuando el dinero escasea, la clave básica está en reducir los gastos y aumentar los ingresos.
Un claro ejemplo de eso son los recortes sistemáticos de los últimos años en materia de investigación científica. Algo que, además, tiene la curiosa particularidad de beneficiar la economía. La ciencia ha venido a demostrar una vez más algo que ya resultaba obvio: la investigación científica tiene un impacto positivo sobre la economía.
El estudio ha sido realizado por investigadores de los American Institutes for Research, la Comisión de Cooperación Institucional de la Universidad de Michigan, la Universidad de Chicago y la Universidad Estatal de Ohio, y los resultados prueban que la investigación universitaria es capaz no sólo de devolver la inversión, sino que también tiene impacto sobre el empleo, el comercio y el resto de las empresas del propio país.
Entre todas ellas recibieron unos 7.000 millones de dólares en concepto de investigación y desarrollo durante el año 2012. El 56% de esos fondos lo había aportado el gobierno federal.
De los 7.000 millones invertidos, casi 1.000 millones se destinaron a la compra de diferentes bienes y servicios a proveedores y contratistas del país para conseguir cosas como microscopios, telescopios y tubos de ensayo.
También señalaba el valor de esta investigación para “estimar rendimientos amplios, como los que tiene la investigación en la sociedad, mediante la transformación de las ideas de las publicaciones académicas en patentes, y en última instancia, con los resultados.
Ahora somos capaces de estimar, por ejemplo, cómo la financiación en investigación en un área concreta afecta a la incidencia de una enfermedad, y cuáles son las consecuencias para las personas que la padecen y el precio de estas ganancias“.

